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Em pronunciamento, ALAEITS rejeita o fascismo e o golpe na Bolívia
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Em pronunciamento, ALAEITS rejeita o fascismo e o golpe na Bolívia
26/10/2019
Instituição chama atenção para as violações de Direitos Humanos que vêm ocorrendo no país nos últimos dias. Confira o posicionamento da ALAEITS:
Pronunciamiento # 46 En rechazo al fascismo y el golpe de Estado en Bolivia
Con horror y asombro, durante los últimos días hemos venido siguiendo el curso de los acontecimientos políticos que se están desarrollando en Bolivia. No nos resultan ajenos, en nuestro pasado reciente hemos conocido de múltiples esfuerzos donde aquellos procesos políticos que se distancian del imperialismo norteamericano, son satanizados, perseguidos, atacados y vilipendiados, dejando tras de sí, una estela de muerte y violación a los derechos humanos. En la mayoría de los casos, se ha recurrido a golpes de Estado blandos, a procesos institucionales de destitución presidencial (como el caso de Dilma Rousseff), o la perversa práctica del “lawfare” que busca enterrar políticamente dirigencias políticas progresistas y contenerlas en prisión.
La situación en Bolivia es compleja y tiene múltiples aristas que deben de ser tomadas en cuenta, entre ellas:
- - Los aciertos sociales y económicos del gobierno de Evo Morales (incluso reconocidos por el Banco Mundial) en campos como la reducción de la pobreza y el desempleo, avances en materia de seguridad social, la nacionalización de sectores estratégicos, la movilidad urbana, la estabilidad económica, la construcción de infraestructura, y el reconocimiento e integración de los derechos de la población indígena, entre otros; no han sido de buen recibo por parte de la burguesía boliviana, la que ha visto amenazada sus negocios, privilegios y hegemonía política.
- - Los resultados adversos del plebiscito del año 2016 sobre el tema de la reelección de Evo Morales, y la posterior respuesta del Tribunal Constitucional que avalaba la misma. Esta situación generó un clima de molestia y movilización en torno a una nueva reelección de Morales, así como cuestionamientos a la decisión de perpetuar un liderazgo, y cerrarle el espacio a otros actores políticos del Movimiento al Socialismo.
- - Al gobierno de Evo Morales se le achacan prácticas de corrupción, extractivismo, clientelismo, y autoritarismo entre otras, lo que llevó a que diversas organizaciones sociales se fueran desmarcando del apoyo que en el pasado le brindaron al gobierno de Evo Morales.
- - Unas elecciones presidenciales bastante atípicas en las que una parte aducía fraude, y la otra garantizaba la pureza del proceso electoral. Mientras que la Organización de Estados Americanos (OEA) cuestionó las elecciones, el think tank norteamericano Centro de Investigación en Economía y Política, y luego de un análisis estadístico, adversó la tesis de la OEA.
Estas condiciones han sido aprovechadas por lo más recalcitrante de la burguesía boliviana para intentar reposicionar sus intereses de clase, lo que condujo a un golpe de Estado urdido por los militares en contubernio con un sector de la clase política.
Noam Chomsky, reflexionando sobre esta crisis, denunció que Estados Unidos de América está detrás del golpe de Estado de la oposición en Bolivia y afirmó que “El golpe es promovido por la oligarquía boliviana (...) y cuenta con el total apoyo del Gobierno de Estados Unidos, que desde hace mucho tiempo está ansioso por expulsar a Evo Morales y a su movimiento del poder”1. La violencia fascista se ha instalado de una manera pasmosa, y agrupaciones como la Unión Juvenil Cruceñista, han recurrido a la violencia indiscriminada para acabar con aquellas personas y sectores sociales que adversan su supremacismo blanco. Lamentablemente, se ha instalado un escenario de odio, violencia y represión al pueblo boliviano desde una concepción racista y aporofóbica que vulnera sus derechos humanos, atravesado por expresiones tan grotescas como enfrentar una Virgen María con una Wiphala, la quema de banderas indígenas, negar los derechos de los pueblos originarios, violentar movimientos feministas, humillar a mujeres alcaldes, la excepción de responsabilidad penal para las Fuerzas Armadas que actúen en "legítima defensa o estado de necesidad”, entre otras acciones reprochables.
A esta altura del conflicto, más de 30 bolivianos han sido asesinados luego del golpe de Estado; y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha advertido que se está desconociendo “los estándares Internacionales de derechos humanos y por su estilo estimula la represión violenta".
Desde la Asociación Latinoamericana de Enseñanza e Investigación en Trabajo Social:
- - Condenamos el golpe de Estado que sufrió el gobierno del presidente Evo Morales; nos resulta inadmisible el nefasto papel que asumió la policía y las fuerzas armadas para materializar la ruptura del orden constitucional, primero acuartelándose, luego sugiriendo la renuncia del presidente, y más recientemente por el desmedido uso de la fuerza contra la población opuesta al nuevo Gobierno Autoproclamado.
- - Denunciamos la violencia que paraliza al país, y que lo está llevando a una espiral de confrontación social en la que los derechos humanos de las diferentes partes en conflicto están siendo quebrantados.
- - Hacemos un llamado a todas las partes en conflicto a establecer los mecanismos de diálogo y negociación que permitan acudir (en un marco pacífico y democrático) a la institucionalidad como un mecanismo de integración y desarrollo social, del pleno respeto a la vida y los derechos humanos, en consonancia con la soberanía del Estado Plurinacional Boliviano y la voluntad de la mayoría de la población en sus múltiples representaciones, valores consagrados en la Constitución Política de ese país.
- - Rechazamos cualquier injerencia de fuerzas externas en Bolivia que busquen direccionar las luchas sociales en función de los intereses de las fracciones de clase del gran capital y de las empresas trasnacionales, imponiendo gobiernos afines a sus intereses económicos, políticos e ideológicos y que inciden en la desestabilización de la región.
- - Finalmente, celebramos que el gobierno mexicano recurriera a su tradicional práctica de asilo político, lo que garantizó que Evo Morales y otros cuadros gubernamentales no fueran asesinados por las hordas fascistas.
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